Antoni Gaudí

Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen,
así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar
mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De
hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería
recrearlos sobre maquetas tridimensionales,
moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En
otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a
sus colaboradores sobre lo que tenían que hacer.
En busca de un nuevo lenguaje arquitectónico
Gaudí suele ser considerado el gran maestro del modernismo catalán,
pero su obra va más allá de cualquier estilo o intento de clasificación.
Es una obra personal e imaginativa que encuentra su principal
inspiración en la naturaleza.
Gaudí estudió con profundidad las formas orgánicas y anárquicamente
geométricas de la naturaleza, buscando un lenguaje para poder plasmar
esas formas en la arquitectura. Algunas de sus mayores inspiraciones
vendrán de la montaña de Montserrat, las cuevas de Mallorca, la Cueva del Salnitre (Collbató), los riscos de Fra Guerau en la sierra de Prades cerca de Reus, la montaña de Pareis al norte de Mallorca o Sant Miquel del Fai en Bigas, todos ellos lugares visitados por Gaudí.58
Este estudio de la naturaleza se traduce en el empleo de formas geométricas regladas como son el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide, que reflejan exactamente las formas que Gaudí encuentra en la naturaleza.59
Las superficies regladas son formas generadas por una recta, denominada
generatriz, al desplazarse sobre una línea o varias, denominadas
directrices. Gaudí las halló en abundancia en la naturaleza, como por
ejemplo en juncos, cañas o huesos; decía que no existe mejor estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano.
Estas formas son a la vez funcionales y estéticas, y Gaudí las emplea
con gran sabiduría, sabiendo adaptar el lenguaje de la naturaleza a las
formas estructurales de la arquitectura. Gaudí asimilaba la forma
helicoidal al movimiento, y la hiperboloidal a la luz. Decía lo
siguiente sobre las superficies regladas:
”Los paraboloides, hiperboloides y helicoides, variando constantemente la incidencia de la luz, tienen una riqueza propia de matices, que hacen innecesaria la ornamentación y hasta el modelaje”.
Por: ROMARIO CHIRINOS GONZALES
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